Nuestra historia es como muchas historias de amor, clásicas anteriores a la nuestra: nuestros perros Otis (Brian) y Bruno (Nathaly) nos unieron. Un encuentro casual en el parque para perros de nuestra ciudad se convirtió en una pelea por el recipiente de agua y antes de que nos diéramos cuenta, Brian estaba saltando entre Otis y Bruno para restaurar la paz y salimos con el amor verdadero y una pequeña cicatriz en La pierna de Brian (Otis lo mordió tratando de llegar a Bruno). Después de esa pelea inicial, nos llevamos bien y decidimos convertir a estos enemigos naturales en los mejores amigos y eventualmente en los mejores hermanos. Después de muchas caminatas largas y juegos supervisados, nuestros hijos se llevaban muy bien. Mamá y papá todavía avanzaban a paso de tortuga, pero poco a poco, después de muchos paseos con nuestros hijos, citas en la playa y cenas, mamá se dio cuenta de que papá era el indicado. Hemos superado una pandemia mundial, estancias hospitalarias no planificadas, una importante renovación de nuestra vivienda y muchas pruebas y desafíos desde entonces, y nos hemos vuelto inseparables.