En un pequeño café en el corazón de San Francisco, David y Selena compartían espacio de trabajo, aunque parecían pertenecer a mundos distintos. Él, con una energía desbordante y un repertorio de bromas pesadas, y ella, más reservada, siempre con el celular en mano y conectada con sus amigas.

Al principio, sus caminos apenas se cruzaban más allá de los saludos corteses. David, con su sonrisa pícara y sus ingeniosos comentarios, intentaba romper la barrera que Selena había levantado a su alrededor. Sin embargo, ella, centrada en sus tareas, se limitaba a devolverle una sonrisa educada antes de seguir con su día.

Todo cambió con la llegada de la pandemia, que vació el café y forzó a los empleados a trabajar más juntos. Los largos turnos brindaron a David la oportunidad de conocer mejor a Selena, y él no perdió tiempo en hacerla reír con sus chistes malos y ocurrencias. Incluso la invitaba a Starbucks de vez en cuando, buscando cualquier excusa para pasar más tiempo a su lado.

Selena, al principio, veía a David como un simple bromista, alguien que coqueteaba por diversión. Pero, poco a poco, comenzó a apreciar su sentido del humor y su inquebrantable optimismo. Detrás de esa fachada de payaso, descubrió a un chico sensible y atento, alguien que, sin darse cuenta, había comenzado a ganar su corazón.

Un día, después de un turno particularmente largo, David se ofreció a llevarla a casa. Fue entonces cuando ambos sintieron que lo que había comenzado como un juego de coqueteo y risas se transformaba en algo mucho más profundo. En ese trayecto, sus sentimientos cambiaron para siempre.

Desde aquel día, su relación se volvió más cercana. Pasaban horas hablando y riendo, a pesar de las mascarillas y las distancias que la pandemia imponía. Descubrieron que compartían mucho más de lo que imaginaban y que, de alguna manera, se complementaban a la perfección.

Lo que la pandemia separó para muchos, a ellos los unió de manera inesperada. Y aunque el futuro parecía incierto, David y Selena sabían que su amor sería capaz de resistir cualquier tormenta.

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