Nuestra historia de amor comenzó a principios del 2022, por lo menos para mí (Matthew) así fue. Si le preguntaras a Sarai ella te dirá que nuestra historia comenzó mucho después. Hablando desde mi punto de vista, todo inició el domingo del Super Bowl el 13 de febrero de 2022, para ser exacto.

Después de la iglesia, me acerqué a un grupo de amigos que estaban hablando qué comida ordenar para ver el juego. Saludé a todos uno por uno y la última persona a la que necesitaba saludar era, lo adivinaste, Sarai. Cuando la mire para saludarla, ella estaba en medio de una conversación, por lo que no me vio en ese momento o el resto del tiempo que estuve ahí. Yo no los acompañé a ver el juego porque ya tenía otros planes, pero recuerdo que cuando nos despedimos me fui pensando “guau, que muchacha tan hermosa”.

Un par de semanas después, los dos fuimos invitados a la fiesta sorpresa de una amiga. Cuando vi a Sarai en la fiesta, me propuse no sólo saludarla, sino también asegurarme de me reconociera esta vez. Ella estaba hablando con alguien, así que primero saludé a la amiga y luego hice contacto visual con ella y me presenté. Ella me dijo “Hola, soy Sarai” mientras extendía su mano para saludarme, pero yo le dije yo saludo de abrazo” mientras abría los brazos y me inclinaba. Hablamos como 15 segundos antes de irme todo nervioso. Casi no hablamos durante el resto de la noche, excepto por algunas palabras que intercambiamos aquí y allá. En la fiesta ella estaba bailando en la cocina con un grupo de amigas, y viéndola llenarse de vida mientras bailaba, me dije “ojalá que ella sea para mí”, ahí fue cuando supe que realmente que estaba loco por ella.

A medida que pasó el tiempo, continuamos viéndonos en la iglesia y en reuniones de amigos. Recuerdo que cuando todos salíamos a comer, literalmente oraba a Dios para que hubiera un asiento libre cerca de Sarai para poder sentarme cerca de ella. Cada vez que no era así, internamente me entristecía. Nuestra amistad realmente creció cuando un grupo de amigos fuimos de viaje a Sedona, Arizona. Cuando regresamos, nuestro “grupo de Sedona” comenzó a convivir mucho, y así fue como nuestra amistad realmente creció. En este punto, Sarai y yo todavía no habíamos salido solos.

Un domingo, después de la iglesia, la vi caminando hacia su carro, me acerqué a ella y le pregunté si quería ir a comer, y para mi sorpresa me dijo que ¡SÍ! Lo que se suponía que sería solo un almuerzo de una hora, se convirtió en una convivencia de todo el día, después de comer jugamos al billar y luego fuimos a cenar ya que se hizo tarde. ¡Ese es un domingo que nunca olvidaré!

Hasta ese momento Sarai no tenía idea de que me gustaba, hice muy buen trabajo en no hacerlo obvio. Pero un día, según ella, “lo vio en mis ojos” cuando la miré, y en lugar de alegrarse, fue todo lo contrario, la asustó. Tuvimos una conversación sobre “;¿qué es esto? y nuestra amistad se volvió “rara” después de eso; como por un mes más o menos.

Durante ese tiempo, por más que lo intenté no pude sacarla de mis pensamientos. Sarai y yo volvimos a hablar, y después de convencerla de que no me gustaba (lo cual era mentira), volvimos a ser buenos amigos.

El 4 de diciembre de ese mismo año, tuvimos una conversación, pero esta vez ambos admitimos que nos gustábamos. Después de hablar decidimos tomarnos un tiempo separados para ayunar y orar los siguientes tres días. Acordamos vernos y hablar después de la iglesia el miércoles 7 de diciembre. Posteriormente, nosotros y un grupo de amigos fuimos a cenar y al terminar cada quien se fue por su lado sin hablar.

Mientras conducía, estaba molesto conmigo mismo por no tener la iniciativa de hablar y mientras debatía entre llamarla o no recibí una llamada y, para mi sorpresa, era Sarai. Acordamos vernos para hablar; ella me pidió que escogiera el lugar que estuviera a la misma distancia de los dos. De todos los lugares que pude haber escogido, elegí el estacionamiento de una iglesia llamada “La iglesia de los amigos” jajaja.

Después de una larga y angustiosa conversación, ella me dijo las palabras que me hicieron sentir lo más feliz del mundo “Sí, si quiero ser tu novia”.

Un año y medio después de andar de novios Sarai y yo fuimos a Hermosillo a visitar a su familia. Sabía que esa visita era mi oportunidad para hablar con sus papás. Cuando Sarai se fue a una tienda en compañía de su hermana, supe que ese era el momento para hacerlo. Después de quitarme los nervios, finalmente tuve el coraje de pedirle a sus padres sus bendiciones para casarme con su hija. Gloria a Dios, dijeron que sí. Hablamos brevemente sobre la propuesta antes de que ella regresara.

Su mamá invitó a la familia a cenar al siguiente día para despedirnos (Sarai no sospechó nada, ya que su familia normalmente se reúne cuando ella los visita). El domingo 26 de mayo de 2024, mientras ella se tomaba fotos con sus primas, me arrodillé, cuando terminaron de tomarse fotos Sarai se dio la vuelta y me vio de rodillas.

Los siguientes 30 segundos fueron los más largos y angustiosos mientras estaba de rodillas diciéndole cuánto la amo y pidiéndole que se casara conmigo. Sarai me dijo las palabras que siempre resonarán en mis oídos “¡Sí, si quiero casarme contigo!”. ¡Y ahora nuestro viaje apenas inicia y ambos esperamos con ansias lo que Dios tiene reservado para nosotros!