Era 2021, y en ese momento vivía en una casa de 3 cuartos en una calle llamada Derrynane Gardens. En agosto, uno de las tres cuartos quedó libre y empezamos el proceso de búsqueda de un nuevo reemplazante para el cuarto libre. Entre los aplicantes, la mayoría ingenieros informáticos de la India, había una fuera de serie: Sonia Comte. Una compañera del trabajo que era francesa, Clemence, había compartido con Sonia la disponibilidad de la habitación, ya que eran amigas de la infancia de París. Sonia estaba por mudarse a Irlanda en septiembre por una nueva oportunidad laboral.
Desde las primeras conversaciones y entrevistas para conocer a Sonia, ella fue capaz de mostrar su buena energía y transparencia. Tuvimos 3 conversaciones, dos de ellas incluyendo a las otras personas de Derrynane Gardens y una de ellas entre nosotros dos solos. Estaba claro que Sonia iba a ser una gran persona para compartir la casa.
A finales de agosto, Sonia llegó a Dublín para empezar su nueva vida en Derrynane Gardens e Irlanda (todavía me acuerdo del jean y campera que llevaba ese día!). Normalmente la gente en Europa se toma vacaciones durante el mes de agosto, pero en esa época, Facu, que era la tercer persona con la que ibamos a compartir la casa, se contagió de COVID. Razón por la cual tuvo que mover sus vacaciones para septiembre. Para la llegada de Sonia, por esta situación compartimos la casa solos durante más de 3 semanas. También por el COVID, la mayoría de las actividades y oportunidades de conocer gente en Dublín estaban restringidas, por lo que todo el mundo pasaba mucho tiempo con sus compañeros de casa. Esas 3 semanas fueron una gran oportunidad para conocernos tranquilos con So.
Durante esas semanas Sonia fue presentada a la mayoría de mis amigos y amigas, y construimos algunas de las rutinas que aún hoy mantenemos. Salir a caminar por el mar con un buen café, compartir platos y comidas de calidad hechas por Sonia, grandes asados y momentos con amigos o simplemente leer libros con tranquilidad. Desde el primer momento Sonia fue muy bien recibida por todos, y hacerla parte de mi vida se sintió muy natural. Luego de esas 3 semanas entendimos que no ibamos a ser solo amigos.
No fue un comienzo fácil como novios, ya que después de 2,5 meses Sonia dejó Dublín para perseguir su sueño de vivir en Barcelona. Mirando atrás, parece una locura. Pero lo conseguimos. Viajando de un lado a otro entre Dublín y Barcelona durante más de 2 años, y sin dejar de luchar por nosotros y nuestros proyectos.
Mi llegada al piso compartido argentino fue inesperada, no pensaba ir a una ciudad como Dublín. Gracias a una de mis queridas amigas de la infancia, Clemence, le di una oportunidad a Dublin y me presentó a mis nuevos compañeros de piso argentinos. Cuando llegué, todos los demás estaban de vacaciones, así que mi único compañero de piso fue Feli. Me presentó a muchos amigos y me sentí muy bien desde el primer día.
Si tienes un día de suerte, Feli admitirá que incluso recuerda los jeans y la chaqueta que llevaba aquel primer día que llegué a Derrynane Gardens... de lo contrario, no creas lo que dice en su descripción!
Una noche tuvimos una fiesta de cumpleaños de un amigo alemán y a la vuelta me dijo que qué bonitos eran mis zapatos del trabajo.
Muy raro por parte de una persona que sólo tiene ojos para la ropa Patagonia. Sabía que estaba coqueteando.
Una vez en casa me besó en la cocina. Como acababa de llegar a Dublin no quería salir con nadie así que le dije que no.
Aun así, al día siguiente estuvimos todo el día juntos con reuniones de amigos, lo que bastante raro, pero igualmente un día memorable!
Esa misma noche tuvimos otra fiesta de cumpleaños con mi amiga Clemence. Sorprendentemente el chico "no me gustan las fiestas" seguía allí a las 4 de la mañana y estaba dispuesto a acompañarme a casa por si acaso me perdía en el camino de vuelta como una recién llegada.
Podríamos pensar que el resto es historia, pero no fue así, recibí una oferta de trabajo sólo después de 1 mes en la ciudad de mis sueños, Barcelona.
La misma noche que compartimos con nuestros amigos de Dublín que éramos pareja, también anuncié que me iría de la ciudad solo a 3 meses de haber llegado.
A pesar de todo el sentido común y de que Feli se negaba a tener una relación a distancia, estuvimos yendo y viniendo durante más de 2 años. Finalmente conseguimos irnos a vivir juntos a finales de 2023 en Barcelona.
El resto es historia! Pero estoy segura es que el plato de carbonara que le cociné tras mi llegada a Dublin le conquistó el corazón.