ERYKAH & ALAN

June 20, 2025 • University Place, WA
26 Days To Go!

ERYKAH & ALAN

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Nuestra Historia

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Erykah siempre había conocido a Alan como un colega, un amigo, alguien con quien podía contar para reírse durante las pausas del almuerzo o para ayudarlo cuando la carga de trabajo se volvía abrumadora. Pero con el tiempo algo cambió. Las conversaciones informales sobre planes de fin de semana y planes de viaje comenzaron a sentirse diferentes. Se dieron cuenta de que tal vez, sólo tal vez, se estaban viendo bajo una nueva luz. Hubo una chispa que no pudieron ignorar. Y, sin embargo, por mucho que sintieran esa atracción, no se atrevían a decir nada. Sólo eran amigos y compañeros de trabajo, ¿verdad?


Y entonces, llegó el día en que Erykah dejó ese trabajo. La despedida fue agridulce. Estaba emocionada por el siguiente capítulo de su vida, pero tenía la sensación de que tal vez estaba dejando algo, alguien, atrás.


Sus amigos también lo notaron. Podían ver la forma en que hablaba de él, la forma en que su rostro se iluminaba cuando mencionaba su nombre. Así que una noche, después de una larga conversación en persona y por teléfono durante una semana, finalmente le hicieron la pregunta que había estado evitando.


“¿Por qué no lo invitas a salir ya?”


Hizo una pausa, su corazón dio un vuelco ante el pensamiento. “¿Qué pasa si él no siente lo mismo?” ella se preocupó, su voz pequeña.


Sus amigos no estaban de acuerdo. Habían visto cuánto se preocupaban el uno por el otro, con qué facilidad congeniaban, cuánto disfrutaba ella realmente de su compañía. Estaban cansados ​​de verla dudar de sí misma.


"Definitivamente le gustas", insistieron, empujándola en broma. “Solo envíale un mensaje de texto. No tienes nada que perder y mucho que ganar”.


Fue ese empujón, esa ola de aliento, lo que finalmente le dio a Erykah el coraje para hacerlo. Pero aún así, la idea de enviar ese mensaje hizo que le temblaran las manos. Salió de la conversación con sus amigos, tomó su teléfono y miró la pantalla, sin saber qué decir.


“¿Debería mantenerlo informal?” le preguntó en voz alta a su amiga Jessie, quien le dijo qué decir. "Sólo invítalo a tomar unas copas".


Y así, con su apoyo y sus sabias palabras haciendo eco en la mente de Erykah, escribió el mensaje:


"Oye, ¿quieres tomar unas copas antes de ir a México?"


Su dedo se mantuvo sobre el botón "enviar" durante un minuto, el peso del momento era casi abrumador. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Pero luego presionó "enviar".


El silencio posterior resultó ensordecedor.


Erykah le dijo a su amiga, tratando de ocultar la ansiedad en su voz, y esperó la respuesta. Los minutos parecieron horas.


Y entonces, su teléfono vibró.


Su respuesta fue simple, pero la golpeó como una ola de alivio.


"¡Diablos, sí!"


Los amigos de Erykah estallaron en vítores, felicitándola, y ella podía sentir la emoción burbujeando en su pecho. Esto estaba sucediendo. Él sentía lo mismo.


Su primera cita llegó unos días después. Fuimos a cenar y caminamos y ahora se transformó en algo nuevo. Cuando la dejó, ella soltó que le había gustado y que él le había dicho que sentía lo mismo.


Mirando hacia atrás, Erykah supo que invitarlo a salir habría sido mucho más difícil sin sus amigos a su lado. Le dieron el valor para dar ese acto de fe. Le recordaron que a veces las mejores cosas de la vida llegan cuando eres lo suficientemente valiente como para perseguirlas.


Y a pesar de todo, sus amigos habían sido los héroes silenciosos, los que creían en ellos cuando no podían creer en sí mismos. Los que te demostraron que arriesgarse puede conducir a las cosas más hermosas.